Este tipo de esquilado, el entero, es el que suele realizarse sobre
caballos que trabajan fuerte o que compiten a lo largo del invierno.
Para realizar este tipo de esquilado hay que tener en cuenta todos
los puntos antes comentados, pero además deberán seguirse las siguientes
pautas de actuación:
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Comience a cortar por la quijada inferior. Hágalo lentamente
y siempre a contrapelo.
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Continúe por la crin. Para ello primeramente deberá cepillarla
hacia el lado contrario, procediendo después a cortar a lo largo
de la cresta a un centímetro de la raíz de la crin. Deberá intentar
dejar una línea continua bien definida.
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Tras la crin pasaremos al flanco. Debe saber que en esta zona
el pelo crece como en remolino, por ello además de cortar a
contrapelo deberá hacerlo en semicírculos, extendiendo la piel
suelta desde debajo.
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Como ya hemos dicho, las zonas esquiladas se irán cubriendo
con mantas. Continuaremos por el exterior, sin dudas la parte
más sencilla, si bien deberemos poner cuidado en esquilar con
una presión constante para evitar que aparezcan rayas.
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Cuando alcancemos la cola, realizaremos un triángulo sobre
la misma; haciendo dos líneas transversales de aproximadamente
15 cm. desde el extremo de la cola hasta la columna vertebral
del animal. Se trata de un triángulo que por tradición suele
dejarse sin esquilar.
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Para continuar precisaremos de la ayuda de otra persona, ya
que nos toca la zona del codo y su interior. Necesitaremos que
otra persona mantenga la mano del caballo estirada hacia delante,
de manera que la piel existente debajo del codo quede lo más
lisa que sea posible, sin pliegues.
Nosotros nos ayudaremos además de la mano que nos queda libre
para asegurarnos de que así sea (de otra forma podríamos dañar
sin querer al caballo).
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